Crítica: Teen Wolf 5x10. Status Asthmaticus

Cuando el momento de mayor dramatismo del capítulo es ver a Stiles golpeando su jeep para luego poner cara de pena máxima cuando se lo llevan remolcado, como si fuera la última vez que lo va a ver cuando no deja de ser un coche y los coches no tienen sentimientos ni están vivos, es que algo ha fallado en esta temporada.

Porque al mismo tiempo que desaparece ese compañero de toda la vida de Stiles, todas las Quimeras que habían muerto a lo largo de la temporada al final logran resucitar gracias a una sustancia que Theo inyecta en sus cuerpos… Y en teoría eso es lo mejor del capítulo porque, hey, Hayden no ha muerto, y tampoco el amigo de Mason ni los otros chicos que habían dejado en mínimos el número de estudiantes del Instituto de Beacon Hills… Y sin embargo la sensación que me dejó fue la de: ¿todo para que al final no muera nadie?

A ver, me alegro un montón de que no haya muerto nadie, y que Liam siga teniendo a su novia y todo eso. Pero por una cosa que había pasado en esta temporada, al final resulta que no, que todo ha servido solo para que Theo tenga su propia manada, tras no haber conseguido quedarse con la manda que realmente quería: la manada de Scott. Es decir, que lo que ha ocurrido en una temporada se puede resumir perfectamente en esas dos frases, pero han necesitado 10 capítulos llenos de demasiadas cosas que al final han resultado ser nada, y de muchos, muchos, pero que muchos momentos de relleno.

Así que, para poder contar algo de este capítulo final, optaré por enumerar los momentos que me han llamado la atención. ¿Porque eran los claves para entender la historia? Pues no del todo, pero al menos tenían un poco de chicha y fundamento.

Por un lado está ese momento de tensión cuando el Sheriff Stilinski va a buscar a su compañera Clark (está claro que lo tiene que hacer todo el pobre), y que es más o menos como el momento fatídico donde no quedan dudas de que Beacon Hills está lleno de criaturas sobrenaturales y que ya ni siquiera tienen miedo a esconderse, y que lo único que consigue es que el Sheriff caiga directamente en la trampa de los Doctores de la Muerte.

Junto a Stilinski la que se merece una medalla como heroína es sin duda Melisa: no solo intenta salvar a Hayden, tras haberse negado Scott, sino que luego tiene que recorrerse todo el pueblo e ir desde el hospital a la biblioteca del instituto para ser ella la que traiga de vuelta a su propio hijo, y para rematar le da consejos y esperanza para que Scott no se rinda… Por Dios, que alguien la convierta a Melisa en hombro lobo de una vez, y mejor si es Alpha, pues así mejorarían las cosas un poquito.

Porque lo que se dice el Alpha actual de Beacon Hills, como que ha decepcionado un bastabte al no hacer otra cosa que verlas venir. Y mira que no me gusta cuando al final el héroe soluciona las cosas a la primera, como si se hubiera leído el guión… pero al menos haz algo, muchacho.

Y eso que la semana pasada, cuando la cosa quedó con Scott negándose a convertir a Hayden, pensé en muchas posibilidades de por qué no quería, siendo la que más lógica le encontraba que Scott sabía que Hayden iba a morir sí o sí, con lo que intentar salvarla por medio de la transformación en hombre lobo solo conseguiría hacerla sufrir más…

Pero no. Al final resultó ser simplemente que tenía que haber otra manera de salvarla, siendo esa la frase fetiche de Scott, pero que en este caso realmente no tenía mucho sentido: Sí cuando la opción era matar o no matar, cuando ocurrió con Deucalión o el Kanima… ¿pero cuando ya se estaba muriendo? ¿Qué podía haber peor que eso como para no intentar la opción del mordisco?

Así que no tuvo más remedio que aparecer la madre del Alpha para intentar curar a la novia del Beta del Alpha, mientras dicho Beta estaba bastante mosqueado, y mientras el Alpha oficial se quedaba mirando a ver qué pasaba… Eso sí, dándole que te pego al inhalador y muy triste porque no creía que ya tuviera manada, pero dándole las gracias a Theo, que de repente era el que lo hacía todo… En fin. Yo soy el Alpha y en esos momentos presento mi dimisión…

Con respecto a las escenas de Parrish con Lydia, la verdad es que me han gustado pese a que su historia no terminaba de avanzar. Pero resulta curioso que al final fuera lógico que se sintieran atraídos, pues ambos eran “heraldos de la muerte” pero con sus diferencias: Y mientras la Banshee trata de advertir de las muertes que están a punto de producirse gritando, el trabajo del Hellhound es el de llevarse los cadáveres cuando ya no hay nada más que hacer.

Aunque no voy a negar que me ha decepcionado que lo que era Parrish al final se haya desvelado por medio de algo que dijo Kira en el primer capítulo y que ya no me acordaba, amén de que es la primera noticia que tengo de que los perros del infierno son personas, y que además no recuerdan lo que hacen cuando están en modo limpieza sobrenatural…

¿Alguno de vosotros conocíais esta facultad de los Hellhounds? Si es así, por favor comentarlo, porque hasta donde yo sabía las perros del infierno tenían más que ver con matar a los condenados para que acabaran en el Infierno, que simplemente llevarse los cuerpos para que nadie supiera que había seres sobrenaturales en el pueblo… Y de paso dejárselos todo colocaditos a Theo para que les reviviera, eso sí...

Y hablando de Theo, para mí es de los pocos personajes que ha seguido su lógica durante toda la temporada, consiguiendo lo que quería a base de tomar el pelo a todo el mundo y haciéndoles creer que era su gran aliado cuando todo lo contrario.

Definitivamente le veo como un Peter en miniatura, pero que al igual que Peter debe estar realmente decepcionado con la manada de la que quería adueñarse, pues tiene que contarle las cosas a todo el mundo para que POR FIN se enteren de lo que estaba tramando: con Scott preguntando a Theo cada vez que le veía que ¿por qué hacía esto? ¿Qué qué quería decir? o ¿qué iba a pasar después? En serio muchacho, que tú eres el True Alpha… Intenta averiguar algo alguna vez por tu cuenta, ¿no

Claro que si te dedicas a usar el inhalador que el tío que ya sabes que es malo te ha dado (no es que sea algo de lo que sospechar) o que consigues salir de la biblioteca al descubrir otra puerta que no estaba precisamente escondida, lo que no entiendo es cómo ha sido Alpha en algún momento de su vida…

Y a todo esto, ¿qué hacen mientras los Doctores del Terror, los grandes villanos de la temporada? Pues romper una pared del laboratorio donde han estado todo el tiempo para que podamos ver (qué majos ellos, que se acuerdan del espectador) una pintura de una bestia que sí que es un éxito para ellos, y que vete tú a saber quién es: Theo, la Desert Wolf que en la 5B se pasará por allí, o una nueva criatura que se les ocurra.

Por Series On Day.

Crítica: Once Upon a Time 5x02. The Price

Como bien auguramos en la review del capítulo de la semana pasada, nos olvidamos de Merida para centrarnos en Camelot y las seis semanas en blanco de los habitantes de Storybrooke y las consecuencias que lo acontecido en las tierras del Rey Arturo. En primer lugar conocemos a Ginebra, a quien me esperaba bastante más guapa, y el paradero botánico de Merlín, que lleva una década encerrado en un árbol esperando a que la Salvadora le libere. El problema llega cuando para evitar identificar a Emma como la nueva Oscura, Regina haciendo uso de la daga se autoproclama la Salvadora, lo que no sabemos bien qué consecuencias tendrá en un futuro.

En honor de los recién llegados se celebra un baile que acaba en desgracia cuando Percival, uno de los caballeros de la Mesa Redonda trata de acabar con Regina al reconocerla como la Reina Malvada, llevándose por delante a Robin Hood en su lugar dejándole al borde de la muerte. Indefensa al no poder curarle con sus poderes, Regina implora a Emma que cure a su amado, provocando así que la imagen de Rumpelstinkin vuelva a visitarla ahora que empieza a notársele físicamente su relación con los poderes oscuros. Pero toda la magia tiene un precio, y es un precio que Regina tendrá que pagar más adelante, cuando en Storybrooke una furia aparece para llevarse a Robin.

Sólo otra vida podrá suplantar la de Robin Hood para pagar el precio de la magia, y Regina ha de demostrar que realmente ha cambiado para convertirse en la Salvadora, ahora que Emma ha abrazado a la oscuridad (y se ha agenciado una casa). Sacrificios combinados hacen que la furia desaparezca in extremis, no sabemos si llevándose un quinto de cada vida para hacer una o por no aguantarles. Ni un beso de Garfio consigue curar a la nueva Oscura, que como Bella afirma le pasó a Rumpel, ahora prefiere el poder sobre el amor. Con una nueva maldición a la salida del pueblo (ahora se recuerda todo, pero quien sale se convierte en árbol, espero que se acuerden de regar a Mudito), un puñado enorme de nuevos habitantes en Storybrooke (todo Camelot ha viajado entre mundos, caballos incluidos) y un primer amor para Henry (con dos presentaciones unidas a la misma canción), Emma descubre ante el espectador lo que trata de hacer: volver a unir Excalibur completa. Su problema es que como otros tantos, no puede sacarla de la piedra. Todo tiene un precio.

Un capítulo llevadero pero sin grandes escenas, en el que agradezco enormemente que las cejas pintadas de Emma y el pintalabios oscuro hayan quedado atrás (y me ha sorprendido que se cambie de ropa). El misterio de la Excalibur a fascículos siendo lo más interesante, y es posible que Violet, la jovencita ahora ya fan de Yazoo, tenga un papel relevante en la trama, aunque el que Henry cobre protagonismo me repatea enormemente.

Por TV Spoiler Alert.